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Jorge Pedro Uribe Llamas visita uno de los puntos emblemáticos de la Ciudad de México: Tlatelolco, particularmente su zona arqueológica (Patrimonio del INAH), una de las más grandes en extensión de la ciudad. Cuenta con 67 estructuras abiertas al público, una de ellas es el recinto ceremonial, que da cuenta de la separación de lo sagrado de lo profano (es decir, lo religioso de lo cotidiano). Es un espacio que nos permite pasar por cada una de las etapas del devenir histórico de nuestro país: prehispánica, colonial, moderna y actual.
Foto: Rafael SaldañaLos mexicas ocuparon la isla de Tenochtitlán desde el siglo XIV e hicieron una división del territorio en cuatro grandes parcialidades: Teopan, Cuepopan, Atzacoalco y Moyotla. Sin embargo, otro grupo de mexicas se estableció en 1337 en Tlatelolco: nombre nahua que hace referencia a tlatelli “”terraza””.
Autor: Diego RiveraSegún los ensayos publicados por el INAH bajo la coordinación Luis Alberto López Waro, se explica que, al fundarse Tenochtitlán, el grupo asentado en Tlatelolco se desarrolló por su cuenta y generó una rivalidad con la capital Tenochtla, la cual terminó en guerra y culminó con el sometimiento de Tlatelolco en 1473, pasando a ser una parcialidad más.
Salvador Guilliem Arroyo y Jorge Pedro UribeSalvador Guilliem Arroyo: Tras una investigación bibliográfica sobre el origen de Tlatelolco, no existían informes arqueológicos. 13 de octubre de 1987 inicia el Proyecto Tlatelolco, se puede observar que mientras en Tenochtitlan se concentró el poder, en Tlatelolco se asentó el espacio comercial, de forma que se dice que el Tianguis Prehispánico de Tlatelolco sobrevivió a la conquista.
Foto: Raymundo PereraEduardo Matza: Tlatelolco es el lugar de la resistencia a través de todos los tiempos. Ya nadie le dice Tenochtitlán al Centro Histórico pero Tlatelolco conserva su nombre.
“Lo que más tenemos en Tlatelolco es dolor sin respuestas de la sociedad”
El descubrimiento de la Caja de Agua se dio de forma casi accidental, al evitar que se excavara el gran recinto ceremonial por parte de la Secretaria de Relaciones Exteriores en julio de 1987. Durante las discusiones, Salvador Guilliem trabajó la zona y meses después se reconoció que se trataba de la Caja de Agua del Imperial Colegio de la Santa Cruz. Su descubrimiento logró rescatar restos de pintura mural.
Foto: Héctor GallardoComo antecedente del Proyecto Tlatelolco de Guilliem, sabemos que el 2 de Octubre de 1968 rompe todo el proyecto cultural en la zona. Lamentablemente con las acciones tomadas por el gobierno se perdió el trabajo de la colección arqueológica. Hasta la fecha, los investigadores se ven limitados en su trabajo debido a que aun sufren los estragos del terremoto de septiembre del 2017.
Si a alguien le interesa la etapa de contacto entre lo prehispánico y la colonia en la Ciudad de México, el lugar de visita obligada es la Zona Arqueológica de Tlatelolco.
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