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Description:
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“Sabrá vuestra señoría que no desembarcó en tierra, sino en solo un lugar que es cercano de el que vieron en la primera vista, en el cual lugar desembarcaron con un crucifijo, alzando banderas con las armas del Padre Santo y las del Rey de Inglaterra mi Señor. Y hallaron arboles grandes de los se que hacen los mástiles de las naos y otros arboles de tejo, y la tierra muy gruesa de herbajes; en el cual lugar, según conté a vuestra señoría, hallaron un camino estrecho que entraba por la tierra, y vieron un lugar donde se había hecho fuego […] e por estas señales se juzga ser tierra poblada”
(Carta de John Day, enero de 1498).
Viajamos de nuevo al frío norte del continente para seguir los pasos de aquellas primeras potencias que financiaron viajes de expedición para establecer sus reclamos sobre las nuevas tierras: Portugal, Inglaterra y Francia. Ignorando las bulas alejandrinas, los monarcas de Europa Occidental se preguntaban “qué clausula del testamento de Adán les excluía de aquel reparto”.
Aunque numerosos navegantes arribaron a otras latitudes, incluyendo las del enorme Brasil, muchos de los esfuerzos se concentraron el hallar el teórico “Paso del Noroeste”, que a través de latitudes boreales debía llevar a los marinos a la auténtica Asia por una ruta mucho más corta. Marinos como Giovanni Caboto o Jacques Cartier exploraron aquella ruta, que les llevó hasta el segundo lugar con mayor tránsito de extranjeros en el aquellas tierras en las primeras décadas de colonización europea: las costas de Terranova, Labrador y el Golfo de San Lorenzo.
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